Desde la primera Fecundación In Vitro (FIV) en 1978, se han logrado avances sobre la utilización de esta técnica. En el caso del cultivo de embriones, se ha convertido en una opción para aquellas parejas que presentan problemas de fertilidad; para conseguir el desarrollo normal de estos, en el laboratorio se debe supervisar y evaluar los de mejores condiciones para luego seleccionar aquellos embriones que, por sus características morfológicas ofrezcan mayor garantía de implantación en el útero materno.
En la actualidad se aplican dos tipos de transferencia embrionaria:
• Sincronización embrio-endometrial:
En este tipo de transferencia, los embriones aún permanecen en la trompa de Falopio hasta el estadio de mórula. Este período de tiempo corresponde como mínimo al cuarto día del cultivo in vitro, al quinto día los embriones deben llegar a la cavidad uterina dónde comienza la implantación y desarrollo embrionario.
• Mejor selección embrionaria:
Cuando el embrión tiene entre seis y ocho células, se hace una extracción sin que esto afecte el desarrollo del mismo. Después el embrión retorna a la incubadora del laboratorio donde se mantendrá en cultivo mientras se realice la transferencia hasta el útero.
La transferencia de los embriones es la parte final del proceso, que procede la fertilización in vitro; los embriones fecundados, cultivados y seleccionados en el laboratorio se pasan al útero materno para que luego de ser implantados, prosigan su desarrollo. La transferencia de embriones debe hacerse en una sala especial para este proceso, que cumpla con las condiciones estrictas de esterilidad.
Existen diferentes casos en los que esta técnica esta indicada, como lo son:
1. Enfermedades genéticas: Las personas que han sido diagnosticadas como portadoras de enfermedades genéticas hereditarias, como fibrosis quísticas, distrofia muscular, hemofilia. Con el DGP (Diagnóstico Genético Preimplantacional) en la mayoría de casos, se puede garantizar una descendencia sana, para las futuras generaciones no presenten este tipo de enfermedades.
2. Fracasos previos en procedimientos asistidos: En casos en los que los embriones transferidos en procesos de FIV, y que el cromosoma no haya podido ser diagnosticado con algún trastorno.
3. Maternidad tardía: Cuando una mujer ha pasado la edad idónea para ser madre, se corre el riesgo de que haya abortos o malformaciones cromosómicas. En estos casos, el DPG permite la transferencia de embriones sanos y sin ninguna anomalía.
4. Abortos repetitivos: En los casos que las mujeres presenten abortos de repetición, se puede indentificar el problema y hacer una selección de los embriones sanos.
Para muchas parejas que ya han intentado quedar en embarazo con tratamientos de infertilidad clínicos y quirúrgicos tradicionales, las técnicas de reproducción asistida ofrecen la mejor esperanza y probabilidad de quedar en embarazo, y por supuesto en Natale centro de reproducción asistida, te ayudamos con la mejor experiencia y excelentes resultados.
